junio 22, 2009

Ir a un restaurante no es atravesar Sierra Morena.


Atención que hoy me adentraré en senderos donde hay multitud de bandoleros aguardando a la vuelta del camino, agazapados detrás de nombres rimbombantes, menús exóticos y bodegas inexistentes. Esperan a que cualquier ingenuo pase por allí. El pardillo puedes ser tu, tu y nadie más que tu.


El Tempranillo, a parte de ser una uva de la que se hacen excelentes caldos, también puede ser otra cosa. Está en algunos restaurantes, escondido entre peroles o detrás de la caja registradora.
El que avisa no es traidor.

Supongamos que salís, no tenis nada previsto hasta que decidís ir a un restaurante de un sitio desconocido y que nadie os ha recomendado.
En la puerta veréis, normalmente, la carta . Tenéis que estar muy atentos a dos cosas.

Primero, el nombre de los platos. Atención a los restaurantes con la descripción de los platos empiecen por el articulo determinado : "el filete de buey con foie al Oporto". Este artículo , "el" o "la" delante del sustantivo denota singularidad. Siempre.
¿Solo, hay un filete a tres kilómetros a la redonda? ¿El cambio climático está extinguiendo la raza bobina i éste año solo quedaba una pieza de filete en todo el planeta? Pues no señores, es un recurso literario de los dueños del restaurante que así le quieren dar un aire de exclusividad. Empirismo puro, cada plato que si describa con el articulo "el" o "la" son unos dos euros de más en la cuenta, tambien llamada "la dolorosa". Ojo que la economía no está para bromas.

Segunda cosa a tener muy en cuenta. Las faltas de ortografía en el menú. Si mal escriben "Aluvias" como lo van cocinar bien?
Si ya habéis encontrado esas dos cosas en el frontal del restaurante, mejor no entrar.

Una vez dentro y, si queréis hacer un test de entrada pedir, mientras remirais la carta, el vino de la casa.
Lo principal es que hayan elegido un vino con una excelente relación calidad-precio. Probad ese vino porque es el ángel de la anunciación de vuestro próximo ágape.
Y a partir de ahí adelante. Si el vino está bien, podéis pedir guisos, estarán bien hechos. Si no, ir pensando en cosas que requieran poca elaboración.

Tener muy presente también que en los restaurantes cargan mucho el precio en postres, ensaladas y bebidas.

Vigilad la cuenta. Es de saber universal que uno mas uno hacen dos. Pues ese principio no ha llegado a algunos rincones.
Y la propina ya la dejo a vuestro criterio. Si sois partidarios de darla , adelante.



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