julio 30, 2010

Un menú para prohibir en los próximos días.

  Ando estos días distraído con la lectura en los medios de la prohibición taurina en Cataluña. Vaya de entrada que no me gustan los toros pero detesto las prohibiciones. Aclarar también que no tengo absolutamente nada contra los catalanes, porque en este debate sobre nuestros cornudos mamíferos se está mezclando de todo. Y a veces con muy mala intención.  


Hablo de los mamíferos cornudos de raza bovina. No es mi intención hoy disertar sobre los homínidos y homínidas que también llevan la testa coronada por ese par de peligrosos atributos. No soy de manifestaciones ni de mitines. Por tanto me tomo mi protesta a la prohibición  sentado en la mesa.


 De entrada unas banderillas con sus aceitunas verdes deshuesadas,  su pimiento, su guindilla,la  cebolleta y el pepinillo. De plato fuerte, un rabo de toro a la cordobesa.  La materia prima es relativamente barata y, como siempre, el ingrediente mas apreciado a la hora de trabajar este plato es la paciencia. Todo ello lo regaré con el caldo que desde hace mas de diez lustros sale de la bodega de Miguel Torres, el "Sangre de toro", un buen tinto a base de Garnacha y Cariñena. Lo acompañaré con un par de huevos duros en homenaje a José Tomás. Insisto, no soy de toros, pero he visto algunas cosas de éste hombre por la red que me han puesto los pelos de punta. 


De postre un tartufo en recuerdo respectuoso  a los prohibidores. Si el gran  Molière hubiera compartido nuestros tiempos, su visión de la cosa publica  daría para que del "Tartufo", el hipócrita, impostor, beaturrón y torpe, hiciera una serie con más capítulos que la "Guerra de las galaxias".


Luego del café, un "sol y sombra", una mezcla de anís y brandy al 50 por ciento. Naturalmente eso lo haré con "Anís Manolete" y brandy "Veterano" de Osborne. Con su toro en parte superior de la etiqueta.


A lo mejor mañana me prohíben todo éste suculento menú.


(Imagen aceitunasblazquez.com )

julio 29, 2010

Cuando hacer vivac resulta una ruina. Les Cols.

  Un buen amigo me invita a subir de nuevo a Cataluña con noche  de convite para dormir en "Les Cols" en Olot, la Garrotxa. Para aclarar, en medio de la provincia de Girona. Ya sabéis que cuando me proponen ir a un local con alguna relación amigable con la guía Michelin, sospecho de forma inmediata y sin concesiones. Pero llegué intentando dejar lo prejuicios en casa y disfrutar de la hospitalidad.
  La cosa va de hotel y también de restaurante. Cada uno cobra aparte, detalle curioso. Lo pregunté y me dieron una respuesta con la que Larra hubiera hecho quince grandes artículos. "Esto funciona así",  nos responde una muchachita solícita  y atenta. Ella es uno de esos trabajadores de la restauración que tienen mas respeto por el cliente que los propietarios del negocio. Nada nuevo, creo.
  Vayamos por partes. El hotel: La recepción es un túmulo de piedra sobre suelo de grava  volcánica. La buena recepcionista nos habla de la ventajas del vivac. Esa palabra viene de "vivaquear" que, segun la RAE ,quiere decir : "dicho de las tropas: Pasar la noche al raso." Detalle potente.Le pregunto a mi anfitrión por qué me ha sacado de mi casa para dormir al raso. El me responde no sé qué de la guía roja y no sé que mas de diseños punta. Con "n", Sín equívocos.
   Pues el hotel és eso. Dormir al raso, pero con diseño. Las habitaciones son los mas parecido a un terrario de iguana de poco precio. El plástico que te envuelve por toda la habitación está raído. Desgastado. La ventana,  también plástica,  que me separaba del cielo antes que Morfeo me llevara, estaba adornado con excrementos de paloma, creo. ¿O quizá de gorrión de diseño, tasado a tantos euros el detrito?
 En la habitación no hay sillón, mesa, butaca, ni cenicero. Hay un tatami desmontable  de skay, de casa de muebles de barrio modesto, para que "te lo hagas tuyo".  Hay diseño. Que más queréis  un precio  200 y pico de  euros por  noche?. Con un par. Me podeis decir que tengo un problema conceptual  sobre como tiene que ser un hotel. De acuerdo. Pero que no lo pongan en las guías normales. Eso debería estar en la guías  tipo "Como intelectualizar la tontería" o "El diseño, ese olvidado"
 La otra parte. El restaurante. No insisto en el diseño. Infecto. De aqui a 10 años, no ganan para pagar desoxidante para  mantener tanto metal vacuo, amorfo, sin sentido.
  Vamos a cenar. Menú degustación. La cosa viene con precio tasado, pero luego van apareciendo camareros en plan, "¿quiere un rancio con el postre?". Total, la cuenta es un pastón inmerecido. Eso sí, la yema del huevo del plato numero 15, es de la gallina  que anda por el jardín. !Que derroche de generosidad y autenticidad !. Son castizos, no crean.
  El desayuno lo sirven tarde, a las 9 de la mañana en el primer turno. ¿Mientras? Agua, de Sant Aniol de Finestres , la natural es excelente y la que tiene gas es con burbuja fabricada,  y dos piedras.
 Con todo respeto y sin ganas de ofender: "Podrás engañar a todos durante un tiempo, podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar a todos siempre". Lamento que los amiguetes de las guías no hayan leído esta frase de  Abraham Lincoln, que, sin querer y estando distraído con minucias norteamericanas, hizo una de las descripciones mas brillantes  de la gastronomía postmoderna.








(imagen de Eugeni Pons en el blog "Dime restaurantes"