junio 16, 2009

El café y otros lujos


Una comida no se cierra sin un café. Sea un desayuno, un almuerzo o una cena. Creo no ser un exagerado si digo que en España somos muy cafeteros, pero malos cafeteros. Me explico; si aprovecháis un viaje a Francia o a Italia, por ejemplo, intentad ir a un súper. En el apartado de los cafés encontrareis una gama muy extensa de productos, en grano y molidos. Pero lo mas importante, el tipo de grano. Los dos mas utilizados son el arábiga, proveniente de Etiopia i el robusta, originario del Congo.

Fijaos que en un 90 por ciento de los paquetes de café que compramos en nuestros comercios no dicen el tipo de grano con que está hecho. La cosa tiene fácil respuesta. Están hechos con robusta, un grano que ofrece una bebida rica en cafeína; fuerte y más ácida . El robusta se adapta a terrenos llanos, con rendimientos más elevados. Por tanto el precio es mas económico. En cambio, el arábiga, es la que se cultiva desde más antiguamente, y representa el 75 por ciento de la producción mundial de café. Produce un café fino y aromático, y necesita un clima más fresco. El cultivo del arábica es más delicado, menos productivo y está reservado a tierras altas de montaña, entre 900 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. Por tanto, es mas caro.

Por tanto quedaos con la copla: un paquete de café donde no indique con que tipo de grano está hecho, es un robusta seguro.

Ya apunte el otro día que os hablaría del Blue Mountain, que se ofrece en algunas cafeterías. Un kilo de este café jamaicano pueda alcanzar los 120 euros, cuando el mismo peso en robusta nos puede salir por unos 8 euros. Si la taza del café jamaicano que os ofrecen en la cafetería no es el precio de la taza normal multiplicado por 15, entonces ahí falla alguna cosa. Termino con una curiosidad. Dicen que el mejor café del mundo es el Kopi Luwak, de Indonesia, se vende en cafeterías de Nueva York por 40 dólares la taza, y la clave del precio, según expertos, está en su origen: los excrementos de la civeta, un mamífero de apariencia felina.

Un pequeño secreto para hacer el café en casa. Poner unos granitos de sal antes de hacer la infusión por cualquier sistema, expreso, filtro, etc. La sal potencia el sabor.

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