septiembre 09, 2010

Agujetas en los carrillos.

Ando estos días por una ciudad donde es difícil no encontrase por la calle con un ser dotado de un  imponente astado frontal. No, no estoy en el Wisteria Lane , el barrio de  "Mujeres desesperadas",  sino en Segorbe, capital del Alto Palancia en Castellón. Y eso es como os lo cuento porque están en la "Semana de toros.". Cada día a las dos de la tarde sueltan por la calle principal una manada de toros guiados por jinetes con sus caballos que impiden que las reses empitonen a algún mirón como yo. Eso es "La entrada de toros".
Mejor lo veis aqui:

 Ésta fiesta, es una de las excusas mas espectaculares para zamparse unas comilonas impresionantes a base de productos de la zona que no tienen desperdicio. Hay comidas a todas horas, destacando la merienda de toros, algo absolutamente contrario a lo que podáis suponer a un británico té de las cinco. Por Segorbe, en esa merienda,  corren las carnes, los embutidos, el queso y el vino cual político tras cámara de televisión en periodo electoral. Pero vayamos por partes y ya me toca hablar un poco con concreción de lo que se come por aquí


   Dentro de la gastronomía de esta zona podemos destacar la olla segorbina, el arroz “empedrao”, el arroz al horno y el puchero. Todos esos platos están emparentados con el cocido madrileño, la escudella catalana, la paella o los arroces caldosos. Platos de cocina popular, económicos,  sin grandes artificios y hechos y servidos por gente honesta. Y se pueden hacer en casa sin demasiados problemas.


Capitulo aparte se merece la paella que hacen por esta zona. Según los segorbinos, la  suya es la autentica paella y no lo voy a discutir ya que uno no es de aquí y la prudencia, junto con la mochila, es la principal compañera de cualquier viaje. Aquí la paella solo es de carne;  pollo, conejo y cerdo. A veces se distraen por ahí algunos caracoles. Me ha llamado especialmente la atención la que hacen el el restaurante del parque municipal de Altura,a unos tres kilómetros de Segorbe. Sin dudarlo, uno de los mejores arroces que me he zampado en tierras valencianas. En ese mismo restaurante sirven un ajoarriero imponente, bien emulsionado con aceite de la Sierra de Espadán.


  Otro de los lugares de yantar que me han gustado es el restaurante Maria de Luna. Éste ya con un toque mas modernito que a Carpanta siempre incomoda un poco. Pero bien, gente maja y precio ajustado tirando a alto para mis posibilidades. Precisamente éste restaurante junto con el  Ambigú, la Casa Alba ,  El Palén, del mismo Segorbe y el  Idúbeda, de la pedanía de Peñalba han costituido la  asociación "La Buena Mesa" para  potenciar la gastronomía local con eventos como la Feria de la Tapa. Pues esta feria se celebra estos días  en esta ciudad junto con la  Feria del Jamón y la  Muestra de Embutido Artesano. Aquejados de gota abstenerse.


  Eso demuestra que en  estos días, en Segorbe también se come a diestro y siniestro fuera de los locales habilitados. La calle es un festín. 
 Y también se bebe a mansalva. Por las noches, a la hora del embolao, los locales de las peñas sirven vino hospitalario a quien se acerque. Da igual que os pongáis  en la peña "Mucho Arte", "Los Vitorinos" o "La Desencajoná". ese nombre viene de sacar del cajón al toro, no me he equivocado en el orden de las letras ni de las sílabas. El cualquier sitio de los tres seréis  bien recibidos.


  No puedo hablar de vinos y olvidarme de un reciente descubrimiento. A partir del 2002 aquí, en Segorbe,  reprendieron en serio  el cultivo de la vid. Se trata de la familia de la Masia de la Hoya. Usan varietales como Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah,  Monastrell  y Garnacha. Son unos vinos de la tierra de Castellón, excelentes y con una buena relación calidad-precio. El rosado del 2007 fue especialmente celebrado. Lo encontrareis en el comercio de la cooperativa agrícola de San Isidro de Segorbe, en la Avenida de España. Ahí  también podréis adquirir  un montón de productos de la zona de excelente calidad.


Y esto funciona hasta el domingo y hoy, jueves, ya tengo los carrillos agotados de tanto darle al engulle. Y al pimple.


 No perderé el tiempo y para que todo vaya circulando hacia abajo no descarto darme un paseo por los campos de los alrededores donde, debido al clima seco, crece de manera espontanea un tomillo y un romero de gusto muy intenso para vuestras sopas y arroces sencillos. Las hierbas ahí son gratis.




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