El hecho, contrastable, es que la asamblea general de Naciones Unidas acordó el pasado 26 de julio declarar el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho esencial para el pleno disfrute de la vida y del resto de los derechos humanos. Eso significa, hablando no en plan tercermundista y aplicado a nuestras casas, que tenemos el derecho a exigir que el agua que salga del grifo pueda consumirse y tenga la calidad adecuada para ello, en olor, sabor y garantías sanitarias.
Esa decisión adoptada por los chicos asentados, y bien asentados, en Nueva York contrasta con los datos de la Federación europea de aguas envasadas, EFBW , que apuntan que "en Europa, las ventas de envasado de agua representan el 44% del mercado de bebidas sin alcohol en volumen. En valor, sin embargo, representan el 32% del mercado, el precio promedio de una botella de agua es más bajo que el de la mayoría de las otras categorías de bebidas no alcohólicas." Y la cosa va en aumento.
El consumo per cápita de agua embotellada en la Unión Europea varía enormemente de un país a otro con el consumo promedio de 105 litros por año. Finlandia tiene el nivel más bajo de consumo con 16 litros por habitante y año y en Italia el más alto en poco menos de 200 litros por habitante y año. España, con una media por persona de 134 litros al año ocupa un dudosamente honroso tercer lugar tras Italia y Alemania.
Pero sumerjámonos un poco mas. La OCU ha realizado recientemente un estudio sobre la calidad del agua del grifo de 64 ciudades españoles y también sobre las aguas minerales envasadas. La conclusión es que ha mejorado la calidad en los últimos años, pero los precios del metro cúbico han subido. La factura media es de 227 euros al año, pero las puntas estadísticas van de los cero, si cero, euros de Almusafes, en Valencia, a los mas de 400 en Murcia.
Y sobre la calidad, la organización de consumidores asegura que "los resultados del análisis revelan que casi todos los contaminantes han disminuido respecto a lo detectado en años anteriores. Sólo han encontrado problemas en Orense (trihalometanos) y, en La Bisbal (Girona, por plaguicidas). Aunque también han detectado detectados algunas deficiencias por trihalometanos en Barcelona, Huelva y Molina de Segura (Murcia), por plaguicidas Las Palmas y Salamanca, por nitratos en Almusafes (Valencia) y por boro en Maspalomas (Tenerife)".Naturalmente cada uno de esos ayuntamientos ha montado en cólera porque, triste país el nuestro, decir hoy que el rey va desnudo llevaría al ostracismo por políticamente incorrecto al gran Hans Christian Andersen.
Finalmente y para reafirmarme en mi opción por el grifo, como ya ha hecho la OCU, tengo ganas de demostrar que es una falacia el rollete eco-sano de los que manufacturan y beben agua envasada por motivos de salud y ecológicos. En el último informe “Sick Water” del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente señala que se necesitan 3 litros de agua para obtener un litro de agua embotellada. Mientras que sólo el agua envasada en Estados Unidos consume 17 millones de barriles de petróleo por año y produce más de 2.5 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Además El agua embotellada está envasada con combustibles no renovables: la mayoría de los dispositivos están hechos de tereftalato de polietileno (PET), un plástico derivado del petróleo. El material utilizado es de buena calidad y proclive al reciclado. Sin embargo, en la práctica sólo un 20 % logra ser recuperado. Por lo tanto, el agua envasada genera toneladas de residuos que tardan miles de años en biodegradarse.
Total, si queréis ahorrar y con garantías sanitarias consumir agua del grifo y si no tiene la calidad mínima a quejarse que para eso estamos en una democracia. Como media, la del grifo es 200 veces mas barata que la envasada.
(Imagen de sagitarie17 en fotobazar17.com)
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