agosto 24, 2009

La economía de lo exótico (2)

Os hablaba el otro dia en este articulo sobre la posibilidad de experimentar mezclas de sabores aparentemente raras que dan un buen resultado y sin tener que hacer un dispendio excesivo. Ahí van dos experimentos exitosos más. La tortilla a la francesa. La humilde omelette. Ya sabéis de sobra el procedimiento, partir un huevo, batirlo con ganas y añadir, a voluntad y si se quiere un poquito de leche para alargar la masa. Bién. Cuando hayáis batido bien el huevo lanzar al plato tres gotas, tres de vermouth rojo, a poder ser bueno, un Yzaguirre ideal, pero también son resultones un Martini o Un Cinzano. Descubriréis un nuevo gusto a este humilde y práctico plato.


Termino. Coged unos buenos spaguetti. Yo uso siempre Barilla, pero aquí cada uno utiliza su marca preferida, sin problema otras marcas. Los cocéis al dente, los escurrís y les añadís un poco de mantequilla para que no se peguen una vez escurridos. Una vez servido en el plato que cada comensal lance sobre la pasta un pellizco, atención a la cantidad, un pellizco, insisto, de café natural molido. Y a comer.



1 comentario:

Perséfone dijo...

Vaya... resulta interesante y muy sencillo.

Habrá que probarlo ¿Por qué no?

Un saludo.